Gonzalo Hoyl junto a otros penalistas se refirieron a la imprescriptibilidad de delitos sexuales en acta diurna de Periodismo UANDES

En el marco del reciente anuncio del gobierno del Presidente Sebastián Piñera, respecto a establecer la imprescriptibilidad total de los delitos sexuales contra menores, tres abogados penalistas abordaron el tema durante el acta diurna de Periodismo de la UANDES.
Fernando Londoño, abogado penalista y académico de la Facultad de Derecho de la Universidad Diego Portales, comentó que “no es posible la paz social sin justicia”, sin embargo, recalcó que los juicios que se realizan después de 40 años ocurridos los hechos, pueden ser nuevamente frustrantes para las víctimas. En este sentido, un tema fundamental es la toma de pruebas porque “el simple paso del tiempo hace que las pruebas se erosionen”, indicó.
Por su parte, el abogado de la Universidad de Chile, docente y experto en derecho penal, Miguel Chaves, señaló que “lo que ha ocurrido con la imprescriptibilidad es indescriptible porque se ha reaccionado sobre un caso terrible, sin embargo, es una ‘movida’ comunicacional porque en este caso de abuso sexual y asesinato de Ámbar, el acusado está preso y será condenado probablemente. La imprescriptibilidad no tiene nada que ver en ese caso. En realidad, en Chile pareciera que la justicia no opera y la verdad es que todos hacen su labor (…) creo que las condiciones para establecer la verdad en materia procesal penal siempre son limitadas, aun cuando los hechos se persigan desde el día uno (…) entonces imagínense la dificultad cuando el hecho empiece a ser perseguido 40 o 50 años después”.
En esta misma línea, Gonzalo Hoyl, abogado penalista y profesor de la Universidad de los Andes, manifestó que en estos casos debe haber justicia para la víctima y el victimario, y coincidió con los otros abogados en que “uno de los mayores problemas para lograr el éxito en las investigaciones de delitos sexuales, por hechos ocurridos hace mucho tiempo, es la pérdida de evidencia material y también la pérdida o deterioro de la prueba testimonial. Además, a su parecer este problema aumenta con la prescripción especial respecto a menores de edad, que desde 2007, comienza a correr para la víctima al momento de cumplir 18 años.